SECRETOS EN EL GOLFO DE BIZKAIA
Lejos de quedarse en un safari fotográfico, esta actividad aporta un mensaje orientado a poner en valor la importancia del respeto hacia el medio ambiente.
Comienzan así estas salidas, con una charla imprescindible en la que se exponen las consecuencias del impacto causado, por ejemplo del uso excesivo de los plásticos los cuales causan un efecto muy nocivo a los océanos y en consecuencia a las especies que lo habitan.
También nos hablan de la fauna que con suerte podemos llegar a ver.
Y al día siguiente comienza la aventura!!!
De la mano de un guía experto en fauna marina y no menos experto en prácticas sostenibles nos adentramos en alta mar en el golfo de Bizkaia para llegar al cañón marino donde habitan grandes cetáceos como la ballena picuda, en el camino nos encontraremos con otros más pequeños como calderones de aleta larga o los delfines comunes.
Si alzamos la mirada disfrutaremos del vuelo de pardelas, alcatraces, cormoranes, paiños…
Una experiencia inolvidable tanto si es la primera vez que se encuentra con estas criaturas, como si quiere ahondar en el conocimiento de su hábitat, comportamiento o migraciones.
Precios
- Adultos 69€
- Niños hasta 14 años 65€
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Duración de actividad:
De 8 a 10 horas.
Salidas:
Puerto de Santurtzi.
Puerto de Bermeo.
Incluye charla previa.
Cumplimos escrupulosamente el Real Decreto, de 21 de diciembre, por el que se establecen las medidas de protección de los cetáceos.
Si deseas más información sobre las fechas de las salidas y condiciones, envía formulario.
MIS AVENTURAS
“Aun invitando al tiempo a pasar, no deja de hacer efecto en mí el recuerdo de esa vivencia que parece ser contada por Jacques-Yves Cousteau….
Volviendo al tiempo contemporáneo y saliendo de esta fantasía, me encuentro envuelta en otra más certera, la embarcación me llevó por el mar hasta el encuentro con esa manada de calderones.
Como explicaros mi sentimiento…. Os diré que miraba el mar ondeante esperando la siguiente salida de un calderón con la intriga añadida de nunca saber por dónde iba a resurgir, esto junto a la música a todo volumen que nos ofrecía el mar y los disparos de amor de los fotógrafos me hicieron sentir tan especial y afortunada como los mismos cetáceos disfrutando de la inmensidad del mar.
Creo que nunca he visto un brillo tan radiante como la piel mojada de sal de estos animales bajo el sol… bueno sí, la de los cientos de delfines con sus crías que saltaban alegres al vernos alrededor del barco, alzando la mirada se podía disfrutar del vuelo de pardelas, alcatraces, cormoranes…
El ruido, el brillo, los aleteos, los saltos de los pequeños delfines y la emoción hicieron del viaje un constante espejismo de fauna marina que aún no sé si soñé”.